Tu aventura comienza con la recogida en tu alojamiento. Mientras nos dirigimos hacia la zona de Machico, es posible que nos detengamos en un pintoresco lugar local para tomar un breve refrigerio, aunque esta parada no está garantizada.

Partiendo de la Levada dos Maroços, la primera parte de la ruta ofrece un paseo suave a lo largo de la levada, flanqueada por mimosas y tierras de cultivo. Mientras disfrutas de las fantásticas vistas sobre la ciudad de Machico, el sendero asciende gradualmente hacia el mirador de Boca do Risco. Allí te recibe una vista impresionante del océano Atlántico, la Ponta de São Lourenço, la Penha d'Aguia y, si el tiempo lo permite, la isla de Porto Santo.

El paseo Vereda do Larano conecta Machico con Porto da Cruz a través de un antiguo sendero utilizado antaño por los lugareños para comerciar. Esta ruta tiene unos 10 km, con un desnivel de unos 200 metros, dificultad moderada y suele durar unas 4 horas.

Tras un breve descanso, el viaje continúa por un estrecho y vertiginoso sendero costero hacia Porto da Cruz, que ofrece vistas fascinantes y avistamientos de flora endémica de Madeira. La ruta se recomienda a excursionistas “experimentados”, sobre todo porque puede ser resbaladiza en los meses más húmedos. A medida que te acerques a Porto da Cruz, pasarás junto a una de las formaciones rocosas más emblemáticas de Madeira, la Penha D'Aguia, que constituye una oportunidad fotográfica perfecta.

La caminata concluye en el centro de Porto da Cruz, donde puedes visitar el famoso molino de caña de azúcar. Aquí puedes observar la extracción del zumo de caña de azúcar para hacer aguardiente y la miel de caña, que se utiliza en el tradicional pastel de miel. Esta excursión combina significado histórico, belleza natural y experiencias culturales, lo que la convierte en una aventura memorable en la isla de Madeira.